domingo, 22 de marzo de 2015

Diccionario de a bordo Parte 1



Me he dedicado a hablar muy extensamente sobre la vida a bordo de los barcos de cruceros, pero pensando en contextualizar un poco a todos aquellos que no han sido tripulantes y a los que están pensando en convertirse en uno, he decidido elaborar esta entrada sobre algunos términos propios de la vida naval.

-Drill/Entrenamiento de Evacuación: (Del latín inutilus expierientia y del griego stamros pirdengondo il temporgado) Dícese de una actividad que se realiza con cierta periodicidad y que consiste en realizar un simulacro de evacuación del navío, en caso de que se presente alguna emergencia de tipo incendio, hundimiento, o sus similares, para que tripulantes y pasajeros estén preparados. Normalmente está pensada para contar con que el 99.9% de las personas mantienen la calma en circunstancias extremas y principalmente y lo más importante, está diseñado sobre el hecho irrefutable, de que las embarcaciones, independiente de su tipo y carácterísticas, se hunden paralelamente a la línea de flotación (aunque el Titanic y el Costa Concordia, digan lo contrario), por lo que los botes salvavidas, podrán bajarse paralelamente mientras el barco se hunde o incendia.

-Briefing/Reunión para dar instrucciones diarias: (Del latín repitus repitus y del árabe majamos dijendo lo obvio) Suele realizarse todos los días sin excepción, antes de dar inicio a las actividades diarias. Se informa sobre cosas para nada obvias, como el estado del clima (mientras azotan la lluvia y el viento), si será un día de navegación o de puerto (con la inmensidad del mar por delante o el barco anclado) y se suele recordar a los tripulantes sobre lo que se debe hacer (que curiosamente es lo mismo que se hizo el día anterior). Esto debido a que el supervisor da por sentado que sus tripulantes a cargo son peces y tienen dos segundos de memoria y una percepción nada fiable, de la realidad obvia.

-Monthly meeting/Reunión mensual: (Del griego seguimotiki pirdendasko tempo) Suele ser una versión potenciada del Briefing, en las que inexorablemente se va a hablar sobre las cosas importantes que se deben observar a bordo del navío, una vez sí y la siguiente también. En los barcos norteamericanos, el top suele ser la desinfección del barco a profundidad, lo complicado que puede ponerse la navegación si hay crisis de diarrea entre el personal a bordo, y lo importante de aprenderse algunas siglas en inglés. El encargado de la reunión suele aplicar el mismo principio de los dos segundos de memoria y pregunta siempre cosas como '¿Cuál es el número de emergencia?' seguro de que nadie en la vida, ha escuchado hablar sobre el 911 y por lo tanto, no están en capacidad de responder a su erudita pregunta. También suele ser utilizada por algunos supervisores para congratular en frente de todos a la dama de turno que pasa por su cama, con algún tipo de premio inmerecido, pero estando seguro de que nadie se ha dado cuenta de lo que sucede.

-All Crew Party/Fiesta para toda la tripulación: (Del italiano stiamo divertendo) Es la versión altamar de Sodoma y Gomorrah modernas, que podría servir para un documental de NatGeo sobre técnicas humanas de cortejo y apareamiento. Hay siempre una tácita competencia entre el género femenino, sobre quién va vestida de forma más atrevida, descarada y sucia; así mismo se establece que quienes bailen más parecido a una serpiente en calor, conseguirán llegar más rápido a la cópula. El 80% de los especímenes, fallan en el intento por efectos del alcohol, que para estas actividades es gratuito. el 13% suele terminar llorando en el baño, vomitando en la cabina o protagonizando aparatosas caídas y sólo el 7% (hembras y machos alfa) llegan a una cópula que en el general de los casos, está asegurada desde antes de la fiesta.

-Dry Dock/Dique Seco: (Del griego Orgia, puede aplicarse también para el star dock o dique de inicio) Sucede cuando el barco debe llevarse a reparaciones o a su mantenimiento periódico programado. Normalmente cuenta con personal externo para realizar ciertas actividades que no son competencia de la tripulación regular y ante la ausencia de pasajeros, reglamento y código de conducta, además del abaratamiento del alcohol, las fiestas diarias programadas los horarios flexibles y la interacción con contratistas fornidos, altos, rubios y cargados de testosterona, el barco atracado se termina por convertir en un completo ritual de adoración al dios Baco. Cuenta la leyenda que algunos Dry Dock, han dejado a la mítica Woodstock como una reunión de escolares.

Continuará...

sábado, 7 de marzo de 2015

Amores de Barco


A bordo de un barco, las reglas cambian. El amor como todos los demás aspectos de la vida diaria, tiene en los navíos otra connotación, a la que debemos adaptarnos, si es que elegimos la vida de tripulante. Pero no todos los amores de a bordo manejan el mismo telón de fondo, ni las mismas motivaciones; sin embargo y aunque cada situación y cada historia, sean diferentes, la recomendación para los amores de barco es, aunque suene irónico, no involucrar demasiado al corazón.

Tipos de amores

1. Amores de barras













No confundir con las barras del bar (que suelen haber varios en los navíos). Cuando a barras me refiero, hablo específicamente de las graduaciones de oficial que los tripulantes de mayor rango, suelen ostentar en los barcos de crucero y que se reconoce por el número de barras o por su anglicismo 'stripes', que suelen portar en los hombros (cuando el uniforme es regular) o en las mangas (cuando se encuentran en traje formal). Las barras, especialmente cuando son portadas por un tripulante del género masculino, suelen desatar en su contraparte femenina, un tipo de interés emocional, que suele estar más relacionado con la posición, billetera y tipo de cabina del individuo en cuestión, más que en sus bonitos sentimientos o intenciones de formalizar algo serio. Un tripulante con barras, difícilmente estará solo a bordo del crucero. Aunque cabe aclarar, que la mayoría son conscientes de que es su posición la que resulta atractiva, por lo que suelen saltar de una tripulante a otra en el 60% de los casos. Los oficiales (dependiendo en gran parte de su origen y trayectoria), tienden a agasajar a la dama de turno, con detalles especiales, invitaciones y un sinnúmero de comodidades, muy apreciadas a bordo y que normalmente mantienen el flujo de la relación durante varios meses o en el mejor de los casos, un contrato completo.


2. The Beauty Girl













Suele suceder que las mujeres (sin importar la posición), atraen un número importante de pretendientes, esto debido a que la proporción hombre-mujer a bordo de los barcos oscila en números de 10 a 3, no obstante, ciertos ejemplares femeninos con mayor atractivo físico, suelen ser cortejadas de una forma mucho más insistente y en general, este tipo de chicas, tienden a escoger demasiado antes de acceder a involucrarse emocional o físicamente con alguien; la parte mala de la historia, es que una vez elegido el afortunado sujeto, la dama en cuestión suele convertirse en la clásica mujer trofeo, que es llevada de babor a estribor y de popa a proa, con el único fin de ser exhibida ante el resto de la tripulación como un mero objeto de conquista, al más puro estilo de las cavernas. Poco importa si la chica tiene o no el cerebro suficiente para entablar una conversación básica; una vez superada la etapa de cortejo, la relación suele convertirse en una exhibición y demarcación de territorio a lo macho alfa y al contacto físico para saciar necesidades básicas. Debido al genotipo de este ejemplar, generalmente estas chicas trabajan en departamentos como belleza, entretenimiento y sus similares, aunque suelen encontrarse algunas, en otros no tan populares, pero al final, el juego macho alfa-mujer trofeo se mantiene.


3. Cuestión de tamaño







Cualquier día el noticiero sorprende con estudios, encuestas, mediciones o cualquiera de sus similares, sobre el tamaño del pene y del busto a nivel mundial. Cuando se está sentado en casa, con acceso a lo que afortunada o desafortunadamente, el entorno facilita, no hay mucho para escoger, pero a bordo de los barcos donde decenas y decenas de nacionalidades confluyen en un ambiente pequeño, este tipo de información cobra importancia y entonces los tripulantes suelen recordar cosas como el tamaño del busto en las alemanas, colombianas y venezolanas y las chicas traen a la mente el recuerdo de las mediciones en algunos países de la sabana africana, lo interesantes que pueden resultar los chicos holandeses cuando de tamaño se trata y lo poco afamados que llegan a ser los asiáticos. Así más de uno confirma lo dicho por los estudios, otros derriban mitos y otros deciden continuar con sus propias investigaciones, eso sí, sin involucrar demasiado corazón en esta tarea.


4. Un cierto movimiento de cadera











Aquí se aplica la premisa de: "Si sabes moverlo en la pista, sabes moverlo en la cama", la cacería de estos ejemplares con quiebre de cadera que provoca demencia, suele tener lugar en las fiestas para la tripulación, en las que debe haber mucho de ritmos sensuales y poco de electrónica. Aquí, cabe aclarar tienen todas a su favor los hombres y mujeres de origen latino y algunos de origen anglosajón que se han interesado por los ritmos más movidos. El sujeto debe ser capaz de moverse al compás de un número importante de ritmos diferentes, sostenerse en la pista por periodos superiores a 30 minutos sin descanso, bailar hasta que el DJ cierre la fiesta y en el raro caso en que se encuentre sentado por un periodo mayor a cinco minutos, balancearse en su sitio al ritmo de la música.


5. Un cigarrillo y un café












No siempre la vida a bordo es fácil y el cigarrillo, los energizantes y el café, suelen ser lo que para la mayoría de los mortales el jugo de naranja en las mañanas; es frecuente entonces, que aquellos que coinciden con frecuencia en los bares, a cualquier hora del día mientras fuman con desespero o van por la octava taza de mal café del día, sientan una irrefrenable atracción bohemia, que por lo general termina en un enredo con fines mucho más sentimentales que los cuatro anteriores aquí mencionados.




Lo más importante de los amores de barco, sin embargo, es recordar que como lo dije en otra entrada, la mayoría de estas relaciones tienen un carácter poco real, que suele quedarse en las nostalgias del océano, cuando la vida real o normal, nos reclama de nuevo. Por lo tanto, la recomendación más apremiante es: con el corazón en el mar, pero con los pies sobre la tierra.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Una europea a la americana


Mientras estudiaba periodismo, tuve que leer hasta decir ' 'no más', infinidad de textos sobre temas tales como "Interculturalidad" "Intercambio Cultural" "Globalización" "Retroalimentación entre sociedades", y cualquier cantidad de términos, que como diría una tristemente célebre mujer de mi país 'se complementan uno con uno, el otro con el otro, del mismo modo y en sentido contrario'.

Sin embargo, cuando vamos a los hechos de lo que el intercambio cultural supone, en términos de una vivencia propia, podríamos agregarle más de un adjetivo a los dichosos textos que los pensadores alemanes del lenguaje comunicativo, le imprimieron en su momento. En los barcos se vive más que un intercambio, un entretejido cultural, que en palabras de molde se ven muy bonitas y pronunciarlas reviste incluso cierta elegancia: sin embargo y aunque los docentes que tuve por allá en el cuarto semestre, casi me acribillan al afirmar que una cultura siempre tiende a imponerse sobre la otra y a hacernos perder un poco de nuestra identidad originaria, hoy les puedo decir que su análisis está muy romántico y estilizado desde sus escritorios, pero vivir la realidad (la verdadera, que se vive en la calle y no en las universidades de Alemania y Francia), da resultados para el papel un poco distintos.

Ella aterrizó en La Florida procedente de Europa, un día antes de abordar su barco, y aunque con la ventaja que el haber nacido en Europa le daba, había recorrido muchos países y diversos lugares, lo cierto era que nunca antes había estado en América. Al arribar de noche, no pudo fijarse demasiado en las características de los edificios, pero a simple vista le parecieron luminosos, aunque desabridos y carentes de aquel brillo de majestuosidad que brinda aquello que es antiguo y que en Europa, podía ver por doquier. El día siguiente, transcurrió entre los trámites propios de abordaje del barco, los afanes de instalarse a bordo, y el estrellarse contra una realidad tan distinta de cualquiera imaginada, que siempre experimenta un tripulante, cuando ingresa por primera vez a un navío.

Sin embargo el choque más fuerte vino después, cuando al iniciar aquella vida desconocida, la conducta y forma de llevar las cosas en aquel barco americano, le marcó la misma diferencia que halló aquella noche de su arribo, entre los edificios monumentales pero vacíos en su modernidad, y las columnas de los palazzos adornados, en su ahora lejana Europa.

Todos poseemos un acento diferente al hablar, y cuando lo trasladamos a una lengua que no es la transmitida por la vía materna, por lo general termina siendo una mezcla entre las palabras correctamente pronunciadas del idioma recién aprendido y el acento original del idioma que se habla, por lo tanto sumado al reto de perfeccionar a velocidad de la luz el idioma inglés, se sobreimpuso la exigencia que su mánager decidió recalcarle desde el primer 'Good morning' que escuchó de su boca.

-'Tu acento, es demasiado marcado y tu voz demasiado fuerte, recuerda que trabajas en un lugar de armonía y tranquilidad.'-

Lo que al principio pareció una simple observación, terminó conviertiéndose en un comentario reiterativo y hasta en un llamado de atención formal, cuando del acento y del tono de voz, nuestra europea pasó a justificar con su carácter, que los dos anteriores, tenían sustento en un orígen específico y en el producto de la cultura de su país, en el cuál había sido criada toda su vida.

Seguido a lo anterior y sin ánimo de sonar como un cliché, el pasajero de origen norteamericano, puede en ocasiones tornarse sensible y para el tripulante, puede resultar difícil abordarlo de una forma exitosa y sin que se sienta aludido o atacado. Entonces la europea de nuestra historia se encontraba a menudo en situaciones coyunturales, donde fuera de verse obligada a suprimir su carácter, a neutralizar su tono de voz de forma ridícula, a esforzarse porque su acento sonara lo más americano posible y a responder de manera tonta, pero complaciente, un sinnúmero de preguntas absurdas, (para mayores referencias, consultar la entrada "De preguntas  estúpidas y otros recuerdos de los pasajeros), sentía que estaba en un sitio que no era el suyo, donde la obligaban a actuar y comportarse de una forma antinatural con sus costumbres, hacían burla de su acento y no la aceptaban como si lo hacían con muchos otros, que aunque con diferente acento, tenían por idioma original el mismo inglés, que a ella tantos dolores de cabeza, le daba cada nuevo día, y en conclusión donde la discriminaban y en ciertos puntos ridiculizaban, por el simple hecho de ser distinta y proceder de una cultura distinta.

Muy segura estoy de mi parte, y habiendo sido testigo presencial de estos hechos, de que los teóricos de la comunicación como Habbermas, Kappler y Lasswell, se hubieran replanteado un par de veces sus argumentos sobre las culturas comunicativas y el intercambio cultural: porque tristemente no era el caso donde dos culturas se retroalimentaban la una con la otra y enriquecían sus orígenes, este era el caso dónde una cultura, se imponía salvajemente sobre un miembro indefenso y solo de otra muy distinta y a fuerza de costumbre y presión, intentaba absorberlo para sí.

Y adelantándome a lo que muchos de ustedes estarán pensando, sobre que una cosa es actuar para tratar de adaptarse a un ambiente laboral agresivo y sortear las diferencias marcadas entre los diferentes nichos culturales y otra cosa dejarse absorber por este sistema cultural en el que el individuo vivirá sólo por un tiempo, la parte que confirma mi teoría planteada, en el cuarto semestre de periodismo, vino cuando tras finalizar un contrato de nueve meses, sobrevivir a la selva flotante del barco y a la presión para actuar (aunque en apariencia sólo fuera eso) diferente, frente a una sociedad cultural y evolutivamente distinta, nuestra europea se encontró en su país de origen, capacitándose para un trabajo similar, esta vez en su idioma, con su acento, su gente y sus reglas conocidas, y la capacitadora le dijo frente a todos:

'-Por favor, debes moderar tu actitud, debes recordar que esto es Europa y tú estás muy americanizada.-'