jueves, 4 de febrero de 2016

Diccionario de la Real Academia de la Lengua de la República Dominicana




Durante mi estancia en los barcos, he tenido la oportunidad de conocer muchas y diferentes nacionalidades. Gente de cinco diferentes continentes, con costumbres y hábitos tan exóticos como interesantes. Como periodista valoro mucho ese intercambio cultural, y la riqueza en términos de aprendizaje, que ofrece el poder juntarse con personas de lugares muy lejanos y costumbres totalmente desconocidas.

No obstante, que el ser humano en su faceta de animal tribal, siempre va a preferir estar con los suyos, o por lo menos con aquellos que son lo más similares posibles a su propia persona y que le ofrecen preferencias en común y experiencias que pueden ser compartidas y degustadas del mismo modo, y por el mismo grupo de personas. Es por eso que aunque tengo amigos de muchos países, como India, Indonesia, Sri Lanka, Inglaterra, Rusia, Rumanía, Alemania o República Checa, siempre prefiero estar con mi propia gente, y eso es, el grupo de latinos e hispanoparlantes, que en los barcos constituye un importante número y entre otras cosas, es reconocido por ser el de los miembros, alegres, bailarines expertos, risueños y populares. Pero incluso entre nosotros, que disfrutamos de un buen baile, siempre reímos a carcajadas, no pasamos desapercibidos, y hablamos un mismo idioma, tendemos a encontrar enormes diferencias de un país a otro; y es precisamente en esto último donde encontré la mayor diferencia de todas, aunque también debo confesar, que es la que más me encanta.

'Spanish People' nos dicen las demás culturas, porque compartimos un mismo idioma, producto de una historia en donde los territorios comprendidos entre México y Argentina, exceptuando un par de países e incluyendo varias islas del Caribe, fuimos colonizados por el entonces imperio español y entre otras muchas cosas nos legaron su idioma. Uno creería entonces, cuando recién aborda un barco, que todos los descendientes de antiguas colonias españolas, hablamos exactamente el mismo idioma: Castellano proveniente de España. Pero resulta que no. 

Asustada como estaba en mi primer día a bordo, conocí tres individuos provenientes de una muy famosa y paradisíaca isla del Caribe: La República Dominicana. María, Paulino y Jonathan. Todos tres muy amables, todos tres risueños y todos tres hablantes del mismo idioma que yo, lo cuál en aquel mundo plagado de costumbres estadounidenses y un idioma que no manejaba del todo, se me hicieron una tabla de salvación. Pero entonces cuando empezamos a hablar, la situación se complicó un poco. Primero porque entre la velocidad que hablaban y su acento (encantador, pero al que yo no estaba acostumbrada), tenía que pedirles siempre, que me repitieran todo y ellos se carcajeaban y con paciencia repetían lo dicho y procedían a explicarme. Me tomó tiempo. No se trata de dos o tres palabras, se trata de que los dominicanos, tienen todo un sinfín de adaptaciones, interpretaciones, adjetivos, sustantivos y verbos que sólo se utilizan por y para dominicanos, y que si realmente quieres entenderlos y establecer una amistad duradera y compartir experiencias con ellos, debes aprender de cero y entenderlos.

Fue por eso que, resultado de esta experiencia, decidí escribir en este blog, una referencia total a estas palabras, que he denominado 'dominicanismos' y que ayudarán mucho a cualquiera que quiera relacionarse de alguna manera, con los habitantes, de una de las más encantadoras islas del planeta.

Funda: lo que para el resto de los mortales de orígen latino, significa objeto o entretejido de tela, que se usa para cubrir las almohadas de la cama, para los dominicanos significa una bolsa plástica. (Y por favor, no les aclaren que funda significa bolsa, porque para ellos bolsa, tiene su propio significado y muy, muy diferente).

Qué és lo que es: (pronunciado literalmente: 'qué é lo qué', léalo lo más de corrido posible que su cerebro le permita, sin muchas pausas entre palabras y omitiendo en lo posible la pronunciación de eses 's' al final de cada una, si la expresión se usa en una red social a usted le llegará algo como esto a su chat: 'klok'.) Saludo dominicano, que engloba muchos significados, cuya totalidad sólo alcanza a ser entendida por ellos mismos, comprende desde un 'hola', pasando por el 'cómo estás' y abarcando un '¿todo bien contigo?', hasta simplemente constituir un saludo de reconocimiento entre miembros de la isla.

Dame Luz: (pronunciado literalmente 'dame lú', léalo lo más de corrido posible que su cerebro le permita, sin muchas pausas entre palabras y omitiendo en lo posible la pronunciación de eses 's' al final de cada una) Según mis estudios más recientes, tiene la misma significancia que el 'Qué es lo que es', pero abarca preguntas por la familia, los amigos o los acontecimientos recientes.

Dame Datos: (pronunciado literalmente 'dame dato', léalo lo más de corrido posible que su cerebro le permita, sin muchas pausas entre palabras y omitiendo en lo posible la pronunciación de eses 's' al final de cada una) Tiene el mismo significado que 'Dame Luz'.

Estar caliente/Estar frío: (Ejemplificando expresiones como 'tu tá caliente conmigo/tu tá frío conmigo) Lo que para el latino común hace referencia a temperatura ambiental, corporal, o de cualquier otra índole, para el dominicano, hace referencia a estar bien o estar mal con otra persona, así caliente significa mal y frío significa estar bien, de manera que si a usted, un dominicano le dice 'aja, é que tu tá caliente conmigo' puede prepararse para problemas venideros, contrario, si le expresa 'anda gracia ahora si que tá frío conmigo' significa que puede usted tranquilizarse pues él/ella se encuentran en buen modo con usted.

Veneno: De antemano, NO, no significa el veneno para ratones, insectos, parásitos en las plantas o plagas, 'VENENO' para cualquier dominicano, hace simple referencia a cualquier líquido fermentado que ha llegado por este proceso a convertirse en alcohol; dícese de vino, vodka, whisky, cerveza o su favorito como buenos caribes, ron. De manera que si le increpan algo como 'y tú cuánto piensa ponel para comprá el veneno', no se asuste, no lo van a involucrar en ninguna clase de homicidio, simplemente lo están invitando a colocar dinero para festejar.

Cuartos: (pronunciado 'cualto' p:ej: 'necesito que me prejte cualto) Sustantivo dominicano que hace referencia al dinero. expresiones como 'ando sin cualto' significa que en ese momento no tienen dinero o por el contrario 'a mi lo que me sobra é cualto' quiere decir, que por dinero no hay que preocuparse.

Bolsa: Sustantivo que se usa para denominar en República Dominicana, a parte del aparato reproductor masculino, conocido en el resto de América Latina como testículos.

Toto/a: Sustantivo que se usa para denominar en República Dominicana, a parte del aparato reproductor femenino, conocido en el resto de América Latina como vagina.

Tigre/Tiguere: Contrario a lo que puedan suponer, no existen estepas en República Dominicana, con el clima o la vegetación, que puedan albergar vida salvaje, 'Tigre' es una expresión utilizada para referirse a cualquier espécimen de sexo masculino. 

No me llega: No, no hace referencia a la preocupación que pueda exaltar a cualquier dama, ante la ausencia de molestias mensuales, 'No me llega' literalmente significa, que una persona no cae bien. 'esa hembra no me llega', se refiere a que algún individuo de sexo femenino, no le resulta especialmente agradable a quien lo está expresando.

Doble Ocho: (Según recientes aclaraciones de mi amigo Francisco, oriundo de Santo Domingo), hace referencia a 'una persona que es gorda de arriba y de abajo' es decir, gorda en su totalidad.

Singar: Para cualquier dominicano, dícese de acción o verbo de tener sexo 'ajá ujtedej doj ejtaban singando' denota que alguien acaba de descubrir a dos in fraganti, teniendo sexo. 'Ese tigre é un singón' significa que se refiere a algún individuo del sexo masculino, que disfruta especial y repetidas veces del acto sexual.

Recortarse: Hace referencia a la acción y efecto de cortarse el cabello (para los dominicanos la sola expresión 'recortarse' hace alusión al cabello, no hace falta incluir la palabra en la oración para clarificar). 'Me recorto yo mijmo' quiere decir que ese individuo tiene la habilidad de cortarse el cabello por sus propios medios y con buenos resultados.

El diablo/el demonio: No, no se trata de que los dominicanos tengan por costumbre invocar al rey de las tinieblas. Esta expresión generalmente denota estado de enojo y puede venir acompañada de complementos como: 'Diablo, en ese sitio si que son unoj ladrone'.

Coño: (Contrario al saber popular, un dominicano que use esta expresión, no está refiriéndose a parte del sistema reproductor femenino, como sí suele usarse en otros lugares de América Latina, para eso utilizan 'Toto/a'.) Expresión que puede denotar varios tipos de emociones, entre ellas sorpresa o enojo. P:ej: '¡coño! ejta comida si ejtá sabrosa'.

Abusador/Abusadora: dícese de persona o individuo que va más allá de lo usual o de lo permitido, también puede usarse para referirse a alguien que está exagerando 'no seaj abusadora'.

Un palo de luz: (pronunciado literalmente como 'un palo'e lú'léalo lo más de corrido posible que su cerebro le permita, sin muchas pausas entre palabras y omitiendo en lo posible la pronunciación de eses 's' al final de cada una) Hace referencia a lo que en muchos países de América Latina llamamos 'poste' y que sirve para sostener el alumbrado en las calles. Pero su significación puede hacer referencia a muchas cosas, si por ejemplo a una dama le dicen la siguiente expresión: 'te van a dá con un palo'e lú', le están informando que el individuo que trata de conquistarla, está muy bien dotado en cuanto a lo importante se refiere.

Te tiro: No hace referencia al verbo tirar, ni a ninguno de sus sinónimos, 'Tirar' para los dominicanos, significa literalmente ponerse en contacto, de manera que si a usted un dominicano le dice: 'al rato te tiro' significa que al cabo de un corto tiempo se pondrá en contacto con usted, por cualquier medio, ya sea telefónico o por redes sociales.

Mamahuevo: (Pronunciado como 'mamaguevo' o su hipérbole 'mamaguevaso', , si la expresión se usa en una red social a usted le llegará algo como esto a su chat: 'MMGVO' por favor no confunda con números romanos.) Se usa como forma de trato común entre los varones dominicanos y aunque la interpretación literal podría dar mucho que pensar, lo cierto es que no constituye falta de respeto alguna ente ellos.

Mamañema: (Pronunciado y a veces también escrito como 'mamañiema' y según aclaraciones de mi amigo Francisco en Santo Domingo, tiene la misma interpretación literal de 'chupar el pene, pero sólo la puntica') Tiene la misma significación y trato que 'mamaguevo' entre los varones dominicanos y tampoco constituye una falta de respeto.

No Bulto: Hace literal referencia a una persona que no llama la atención, ni marca la diferencia.

Chiripero: (O Chiripeo) Persona o individuo que en pocas palabras hace uso de diferentes facultades o habilidades para ganarse el sustento diario. Es alguien que no tiene como tal un empleo formal, pero que se dedica a lo que comúnmente conocemos en América Latina como 'rebusque'.

Dura: (Gracias a la popularización de las canciones del ampliamente difundido cantante boricua más conocido como 'Nicky Jam', hemos podido familiarizarnos un poco con esta expresión) Sustantivo que hace referencia a una mujer que es físicamente muy atractiva. P:ej: 'esa hembra ejtá bien dura'.

Menor: (pronunciado literalmente como 'menol') Hace referencia a cualquier persona o individuo y no implica necesariamente que sea menor de edad. P: ej: 'le dicej ahí al menol que ya tengo suj cosaj'. Normalmente cuando se usa una expresión como la anterior, es porque previamente en la conversación, ya se ha mencionado a la persona aludida y ambos saben de quién hablan cuando se refieren al menor.

Menudo: Hace referencia a monedas o a cualquier billete con valor inferior a los cincuenta (50) pesos dominicanos. Es decir 1.15 dólares estadounidenses, todo lo que esté por debajo de ese valor, es considerado 'menudo'.

Chapeo: Acción y efecto de tomar ventaja de una situación y así sacar provecho de otro: P:ej: los impuestos exagerados de los bancos y las casas de giros en sus transacciones monetarias. 'Esoj bancoj son unoj chapeadorej'. Chapeadora (Chapiadora) Dícese también de una dama de cualquier edad (que supere los 13 años en adelante), que utiliza su buena figura y talentos verbales para enredar a un hombre y sacarle dinero con diferentes fines; de manera que si a usted mi querida amiga, un dominicano le dice 'tu tiene cara como de chapiadora', significa literalmente que usted es una interesada con ínfulas de prepago.

Zafacón: (Lo dejé a propósito de último, no porque empiece con 'z', - porque entre otras no estoy respetando orden alfabético, sino poniendo al azar lo que recuerdo - si no porque alguien - un dominicano por supuesto - aún me debe 50 dólares estadounidenses, producto de una apuesta por esta palabrita. Después de una acalorada discusión, que incluía a otro latino de un país diferente al mío, apostamos que ésta palabra NO SE ENCUENTRA en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española y como en efecto NO SE ENCUENTRA aún me adeudan, pero bueno. El caso es que la dichosa palabrita deja frío -a la expectativa - a cualquier latino que la escuche, pero no les alargo más y aquí viene el significado) Objeto que denota recipiente o receptáculo, cuya función es la de botar la basura, para desambiguación usen los sinónimos 'papelera' 'caneca' o 'basurero', ampliamente usados en el resto de América Latina. P:ej: Si mientras le pasan un papel arrugado y le dicen 'bótame ejto allá en el zafacón', quieren decirle que lo arroje en el recipiente de la basura.



De manera que cuando un dominicano, como me pasó a mi con mi amigo Francisco, les diga 'aja, pásame ahí una funda pa ponerle al zafacón', o como me decía mi amiga María cuando le regalaba botellas de vino 'Aja Nata, tu tá fría conmigo, o cuando les mande a decirle 'al menol' que 'loj cuartoj ejtán escasoj', o cuando mi amigo Paulino, me decía mientras hacía ejercicio y yo me paraba a su lado ‘Nata quítame de ahí ese toto que me ponej nervioso’espero que puedan ubicarse mejor, gracias a este pequeño artículo. Y no, no se confundan para nada, si hay algo que disfruto es sentarme a escuchar hablar a dos dominicanos, porque entre otras cosas, nunca he conocido personas más encantadoras que ellos y una cultura más cálida y acogedora con el resto de los latinos. Y aparte porque su acento me seduce sobremanera y nunca he visto que un país produzca hombres tan bellos y con un color de piel tan embrujador.

Con la colaboración especial de: Francisco Matos desde la bella capital de la República Dominicana, la ciudad de Santo Domingo de Guzmán.























Foto: Archivo personal.

Imagen de encabezado tomada de: http://www.mpdc.es/mapas/mapas/republicadominicana/mapa%20banderaRepDominicana.jpg

lunes, 14 de septiembre de 2015

De besos en altamar y otras experiencias vacías


Hace ya algún tiempo, y por razones que tienen más que ver con los demonios del pasado y que habitan en la tierra firme, decidí que no quería amar de nuevo. Porque aunque suene a cajón y a frase de despecho, el amor es algo que viene en empaques muy bonitos, pero que no carece nunca de un elemento doloroso; así pues, después de enfrentar una serie de traumatismos degenerados de meterse en la aventura de amar a alguien, renuncié al corazón y me dediqué a vivir de aquello que simplemente viene atado de los instintos y que encierra dentro de sí pasión pura.

Y en un barco es fácil. Lo he dicho hasta agotarlo, pero los valores de la vida a bordo, son totalmente opuestos a cualquier experiencia que podamos enfrentar en la tierra firme. En altamar las reglas de juego son otras, en altamar los chocolates, las flores y las tarjetas de romance, pueden venir incluídas en el paquete de conquista, pero el objetivo final no consiste en nada más que en terminar en una cama.

La rutina es casi siempre la misma, un cruce de miradas que están cargadas de deseo y que se repite durante un par de días, al cabo de los cuales uno de los dos finalmente se acerca al otro; tras las presentaciones de formalismo, viene el intercambio de números de cabinas y el mismo día o a más tardar el siguiende, el teléfono de uno de los dos suena, se reunen en la cabina de alguno y el resto es historia. Fácil, sin conocerse demasiado, sin amor de por medio, sin requerir siquiera de un par de semanas o de conocer los gustos particulares del otro, sin sentarse a tomar cafés en una plaza, sin declararse, sin tomarse de la mano, ni darse besos previos, sin mirarse a los ojos, sin hacer promesas con carácter eterno, en resumidas cuentas, sin sentimientos.

Cuando esta rutina finaliza, dependiendo de lo bien que la hayan pasado juntos, es posible que el acto sexual se repita una y otra vez, pero con los mismos elementos conjugados de por medio. Un día cualquiera uno de los dos, o los dos se cansan y sin mediar palabra, sin explicaciones de por medio y sin que nadie salga herido, simplemente se dan por terminadas las reuniones cíclicas para calmar el hambre. Y siguen diciéndose 'Hola' y 'Adiós' cuando se encuentran, y no hay corazones rotos, hogares destruidos, ni llanto en sábanas mojadas.

Suena bien para aquellos que siempre tienen (o tenemos) miedo del compromiso, como la vida ideal de cualquier gigoló o atrapatontos y sin embargo, les puedo contar con base en mis propias experiencias, que los besos carentes de amor no saben a nada.

Si alguno de ustedes ensayó alguna vez a dar besos con el espejo, cuando la pubertad se asomaba y las hormonas pedían a gritos un poco de acción, la experiencia de besar el reflejo mismo en un vidrio, suele tener más contenido que los besos que se dan sin ningún sentimiento implícito. El punto radica, en que besar constituye el motor de arranque para cualquier final feliz con clímax de por medio, pero si alguien recuerda un beso dado con la emoción de ser el primero, o con los latidos a millón que trae el primer amor, o con ese dolor agradable en el bajo vientre cuando se pierde tontamente la cabeza por alguien, en el mar se pierde cada una de esas emociones que suelen llenar los anales del corazón.

El problema del mar, es que aunque es hermoso, también es duro, cambiante, impredecible y peligroso. El mar como fuerza de la naturaleza, imposible de controlar por las poco hábiles manos humanas, penetra tan a fondo en los que viven en él, que es casi como si se conviertieran en parte de las olas, en uno más de los peces o en las reminiscencias lejanas y plagadas de nostalgia que vienen siempre con los atardeceres teñidos de rojos y amarillos que se desdibujan en el azul del agua.
Y al final ¿a qué puede saber un beso en altamar?, simple; después que se da un beso carente de sentimiento, sólo queda un sabor salado en los labios y un vacío inmenso en el corazón.

Fotografía tomada de: http://sp4.fotolog.com/photo/4/9/37/malkavian_patrik/1203214794_f.jpg

domingo, 22 de marzo de 2015

Diccionario de a bordo Parte 1



Me he dedicado a hablar muy extensamente sobre la vida a bordo de los barcos de cruceros, pero pensando en contextualizar un poco a todos aquellos que no han sido tripulantes y a los que están pensando en convertirse en uno, he decidido elaborar esta entrada sobre algunos términos propios de la vida naval.

-Drill/Entrenamiento de Evacuación: (Del latín inutilus expierientia y del griego stamros pirdengondo il temporgado) Dícese de una actividad que se realiza con cierta periodicidad y que consiste en realizar un simulacro de evacuación del navío, en caso de que se presente alguna emergencia de tipo incendio, hundimiento, o sus similares, para que tripulantes y pasajeros estén preparados. Normalmente está pensada para contar con que el 99.9% de las personas mantienen la calma en circunstancias extremas y principalmente y lo más importante, está diseñado sobre el hecho irrefutable, de que las embarcaciones, independiente de su tipo y carácterísticas, se hunden paralelamente a la línea de flotación (aunque el Titanic y el Costa Concordia, digan lo contrario), por lo que los botes salvavidas, podrán bajarse paralelamente mientras el barco se hunde o incendia.

-Briefing/Reunión para dar instrucciones diarias: (Del latín repitus repitus y del árabe majamos dijendo lo obvio) Suele realizarse todos los días sin excepción, antes de dar inicio a las actividades diarias. Se informa sobre cosas para nada obvias, como el estado del clima (mientras azotan la lluvia y el viento), si será un día de navegación o de puerto (con la inmensidad del mar por delante o el barco anclado) y se suele recordar a los tripulantes sobre lo que se debe hacer (que curiosamente es lo mismo que se hizo el día anterior). Esto debido a que el supervisor da por sentado que sus tripulantes a cargo son peces y tienen dos segundos de memoria y una percepción nada fiable, de la realidad obvia.

-Monthly meeting/Reunión mensual: (Del griego seguimotiki pirdendasko tempo) Suele ser una versión potenciada del Briefing, en las que inexorablemente se va a hablar sobre las cosas importantes que se deben observar a bordo del navío, una vez sí y la siguiente también. En los barcos norteamericanos, el top suele ser la desinfección del barco a profundidad, lo complicado que puede ponerse la navegación si hay crisis de diarrea entre el personal a bordo, y lo importante de aprenderse algunas siglas en inglés. El encargado de la reunión suele aplicar el mismo principio de los dos segundos de memoria y pregunta siempre cosas como '¿Cuál es el número de emergencia?' seguro de que nadie en la vida, ha escuchado hablar sobre el 911 y por lo tanto, no están en capacidad de responder a su erudita pregunta. También suele ser utilizada por algunos supervisores para congratular en frente de todos a la dama de turno que pasa por su cama, con algún tipo de premio inmerecido, pero estando seguro de que nadie se ha dado cuenta de lo que sucede.

-All Crew Party/Fiesta para toda la tripulación: (Del italiano stiamo divertendo) Es la versión altamar de Sodoma y Gomorrah modernas, que podría servir para un documental de NatGeo sobre técnicas humanas de cortejo y apareamiento. Hay siempre una tácita competencia entre el género femenino, sobre quién va vestida de forma más atrevida, descarada y sucia; así mismo se establece que quienes bailen más parecido a una serpiente en calor, conseguirán llegar más rápido a la cópula. El 80% de los especímenes, fallan en el intento por efectos del alcohol, que para estas actividades es gratuito. el 13% suele terminar llorando en el baño, vomitando en la cabina o protagonizando aparatosas caídas y sólo el 7% (hembras y machos alfa) llegan a una cópula que en el general de los casos, está asegurada desde antes de la fiesta.

-Dry Dock/Dique Seco: (Del griego Orgia, puede aplicarse también para el star dock o dique de inicio) Sucede cuando el barco debe llevarse a reparaciones o a su mantenimiento periódico programado. Normalmente cuenta con personal externo para realizar ciertas actividades que no son competencia de la tripulación regular y ante la ausencia de pasajeros, reglamento y código de conducta, además del abaratamiento del alcohol, las fiestas diarias programadas los horarios flexibles y la interacción con contratistas fornidos, altos, rubios y cargados de testosterona, el barco atracado se termina por convertir en un completo ritual de adoración al dios Baco. Cuenta la leyenda que algunos Dry Dock, han dejado a la mítica Woodstock como una reunión de escolares.

Continuará...

sábado, 7 de marzo de 2015

Amores de Barco


A bordo de un barco, las reglas cambian. El amor como todos los demás aspectos de la vida diaria, tiene en los navíos otra connotación, a la que debemos adaptarnos, si es que elegimos la vida de tripulante. Pero no todos los amores de a bordo manejan el mismo telón de fondo, ni las mismas motivaciones; sin embargo y aunque cada situación y cada historia, sean diferentes, la recomendación para los amores de barco es, aunque suene irónico, no involucrar demasiado al corazón.

Tipos de amores

1. Amores de barras













No confundir con las barras del bar (que suelen haber varios en los navíos). Cuando a barras me refiero, hablo específicamente de las graduaciones de oficial que los tripulantes de mayor rango, suelen ostentar en los barcos de crucero y que se reconoce por el número de barras o por su anglicismo 'stripes', que suelen portar en los hombros (cuando el uniforme es regular) o en las mangas (cuando se encuentran en traje formal). Las barras, especialmente cuando son portadas por un tripulante del género masculino, suelen desatar en su contraparte femenina, un tipo de interés emocional, que suele estar más relacionado con la posición, billetera y tipo de cabina del individuo en cuestión, más que en sus bonitos sentimientos o intenciones de formalizar algo serio. Un tripulante con barras, difícilmente estará solo a bordo del crucero. Aunque cabe aclarar, que la mayoría son conscientes de que es su posición la que resulta atractiva, por lo que suelen saltar de una tripulante a otra en el 60% de los casos. Los oficiales (dependiendo en gran parte de su origen y trayectoria), tienden a agasajar a la dama de turno, con detalles especiales, invitaciones y un sinnúmero de comodidades, muy apreciadas a bordo y que normalmente mantienen el flujo de la relación durante varios meses o en el mejor de los casos, un contrato completo.


2. The Beauty Girl













Suele suceder que las mujeres (sin importar la posición), atraen un número importante de pretendientes, esto debido a que la proporción hombre-mujer a bordo de los barcos oscila en números de 10 a 3, no obstante, ciertos ejemplares femeninos con mayor atractivo físico, suelen ser cortejadas de una forma mucho más insistente y en general, este tipo de chicas, tienden a escoger demasiado antes de acceder a involucrarse emocional o físicamente con alguien; la parte mala de la historia, es que una vez elegido el afortunado sujeto, la dama en cuestión suele convertirse en la clásica mujer trofeo, que es llevada de babor a estribor y de popa a proa, con el único fin de ser exhibida ante el resto de la tripulación como un mero objeto de conquista, al más puro estilo de las cavernas. Poco importa si la chica tiene o no el cerebro suficiente para entablar una conversación básica; una vez superada la etapa de cortejo, la relación suele convertirse en una exhibición y demarcación de territorio a lo macho alfa y al contacto físico para saciar necesidades básicas. Debido al genotipo de este ejemplar, generalmente estas chicas trabajan en departamentos como belleza, entretenimiento y sus similares, aunque suelen encontrarse algunas, en otros no tan populares, pero al final, el juego macho alfa-mujer trofeo se mantiene.


3. Cuestión de tamaño







Cualquier día el noticiero sorprende con estudios, encuestas, mediciones o cualquiera de sus similares, sobre el tamaño del pene y del busto a nivel mundial. Cuando se está sentado en casa, con acceso a lo que afortunada o desafortunadamente, el entorno facilita, no hay mucho para escoger, pero a bordo de los barcos donde decenas y decenas de nacionalidades confluyen en un ambiente pequeño, este tipo de información cobra importancia y entonces los tripulantes suelen recordar cosas como el tamaño del busto en las alemanas, colombianas y venezolanas y las chicas traen a la mente el recuerdo de las mediciones en algunos países de la sabana africana, lo interesantes que pueden resultar los chicos holandeses cuando de tamaño se trata y lo poco afamados que llegan a ser los asiáticos. Así más de uno confirma lo dicho por los estudios, otros derriban mitos y otros deciden continuar con sus propias investigaciones, eso sí, sin involucrar demasiado corazón en esta tarea.


4. Un cierto movimiento de cadera











Aquí se aplica la premisa de: "Si sabes moverlo en la pista, sabes moverlo en la cama", la cacería de estos ejemplares con quiebre de cadera que provoca demencia, suele tener lugar en las fiestas para la tripulación, en las que debe haber mucho de ritmos sensuales y poco de electrónica. Aquí, cabe aclarar tienen todas a su favor los hombres y mujeres de origen latino y algunos de origen anglosajón que se han interesado por los ritmos más movidos. El sujeto debe ser capaz de moverse al compás de un número importante de ritmos diferentes, sostenerse en la pista por periodos superiores a 30 minutos sin descanso, bailar hasta que el DJ cierre la fiesta y en el raro caso en que se encuentre sentado por un periodo mayor a cinco minutos, balancearse en su sitio al ritmo de la música.


5. Un cigarrillo y un café












No siempre la vida a bordo es fácil y el cigarrillo, los energizantes y el café, suelen ser lo que para la mayoría de los mortales el jugo de naranja en las mañanas; es frecuente entonces, que aquellos que coinciden con frecuencia en los bares, a cualquier hora del día mientras fuman con desespero o van por la octava taza de mal café del día, sientan una irrefrenable atracción bohemia, que por lo general termina en un enredo con fines mucho más sentimentales que los cuatro anteriores aquí mencionados.




Lo más importante de los amores de barco, sin embargo, es recordar que como lo dije en otra entrada, la mayoría de estas relaciones tienen un carácter poco real, que suele quedarse en las nostalgias del océano, cuando la vida real o normal, nos reclama de nuevo. Por lo tanto, la recomendación más apremiante es: con el corazón en el mar, pero con los pies sobre la tierra.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Una europea a la americana


Mientras estudiaba periodismo, tuve que leer hasta decir ' 'no más', infinidad de textos sobre temas tales como "Interculturalidad" "Intercambio Cultural" "Globalización" "Retroalimentación entre sociedades", y cualquier cantidad de términos, que como diría una tristemente célebre mujer de mi país 'se complementan uno con uno, el otro con el otro, del mismo modo y en sentido contrario'.

Sin embargo, cuando vamos a los hechos de lo que el intercambio cultural supone, en términos de una vivencia propia, podríamos agregarle más de un adjetivo a los dichosos textos que los pensadores alemanes del lenguaje comunicativo, le imprimieron en su momento. En los barcos se vive más que un intercambio, un entretejido cultural, que en palabras de molde se ven muy bonitas y pronunciarlas reviste incluso cierta elegancia: sin embargo y aunque los docentes que tuve por allá en el cuarto semestre, casi me acribillan al afirmar que una cultura siempre tiende a imponerse sobre la otra y a hacernos perder un poco de nuestra identidad originaria, hoy les puedo decir que su análisis está muy romántico y estilizado desde sus escritorios, pero vivir la realidad (la verdadera, que se vive en la calle y no en las universidades de Alemania y Francia), da resultados para el papel un poco distintos.

Ella aterrizó en La Florida procedente de Europa, un día antes de abordar su barco, y aunque con la ventaja que el haber nacido en Europa le daba, había recorrido muchos países y diversos lugares, lo cierto era que nunca antes había estado en América. Al arribar de noche, no pudo fijarse demasiado en las características de los edificios, pero a simple vista le parecieron luminosos, aunque desabridos y carentes de aquel brillo de majestuosidad que brinda aquello que es antiguo y que en Europa, podía ver por doquier. El día siguiente, transcurrió entre los trámites propios de abordaje del barco, los afanes de instalarse a bordo, y el estrellarse contra una realidad tan distinta de cualquiera imaginada, que siempre experimenta un tripulante, cuando ingresa por primera vez a un navío.

Sin embargo el choque más fuerte vino después, cuando al iniciar aquella vida desconocida, la conducta y forma de llevar las cosas en aquel barco americano, le marcó la misma diferencia que halló aquella noche de su arribo, entre los edificios monumentales pero vacíos en su modernidad, y las columnas de los palazzos adornados, en su ahora lejana Europa.

Todos poseemos un acento diferente al hablar, y cuando lo trasladamos a una lengua que no es la transmitida por la vía materna, por lo general termina siendo una mezcla entre las palabras correctamente pronunciadas del idioma recién aprendido y el acento original del idioma que se habla, por lo tanto sumado al reto de perfeccionar a velocidad de la luz el idioma inglés, se sobreimpuso la exigencia que su mánager decidió recalcarle desde el primer 'Good morning' que escuchó de su boca.

-'Tu acento, es demasiado marcado y tu voz demasiado fuerte, recuerda que trabajas en un lugar de armonía y tranquilidad.'-

Lo que al principio pareció una simple observación, terminó conviertiéndose en un comentario reiterativo y hasta en un llamado de atención formal, cuando del acento y del tono de voz, nuestra europea pasó a justificar con su carácter, que los dos anteriores, tenían sustento en un orígen específico y en el producto de la cultura de su país, en el cuál había sido criada toda su vida.

Seguido a lo anterior y sin ánimo de sonar como un cliché, el pasajero de origen norteamericano, puede en ocasiones tornarse sensible y para el tripulante, puede resultar difícil abordarlo de una forma exitosa y sin que se sienta aludido o atacado. Entonces la europea de nuestra historia se encontraba a menudo en situaciones coyunturales, donde fuera de verse obligada a suprimir su carácter, a neutralizar su tono de voz de forma ridícula, a esforzarse porque su acento sonara lo más americano posible y a responder de manera tonta, pero complaciente, un sinnúmero de preguntas absurdas, (para mayores referencias, consultar la entrada "De preguntas  estúpidas y otros recuerdos de los pasajeros), sentía que estaba en un sitio que no era el suyo, donde la obligaban a actuar y comportarse de una forma antinatural con sus costumbres, hacían burla de su acento y no la aceptaban como si lo hacían con muchos otros, que aunque con diferente acento, tenían por idioma original el mismo inglés, que a ella tantos dolores de cabeza, le daba cada nuevo día, y en conclusión donde la discriminaban y en ciertos puntos ridiculizaban, por el simple hecho de ser distinta y proceder de una cultura distinta.

Muy segura estoy de mi parte, y habiendo sido testigo presencial de estos hechos, de que los teóricos de la comunicación como Habbermas, Kappler y Lasswell, se hubieran replanteado un par de veces sus argumentos sobre las culturas comunicativas y el intercambio cultural: porque tristemente no era el caso donde dos culturas se retroalimentaban la una con la otra y enriquecían sus orígenes, este era el caso dónde una cultura, se imponía salvajemente sobre un miembro indefenso y solo de otra muy distinta y a fuerza de costumbre y presión, intentaba absorberlo para sí.

Y adelantándome a lo que muchos de ustedes estarán pensando, sobre que una cosa es actuar para tratar de adaptarse a un ambiente laboral agresivo y sortear las diferencias marcadas entre los diferentes nichos culturales y otra cosa dejarse absorber por este sistema cultural en el que el individuo vivirá sólo por un tiempo, la parte que confirma mi teoría planteada, en el cuarto semestre de periodismo, vino cuando tras finalizar un contrato de nueve meses, sobrevivir a la selva flotante del barco y a la presión para actuar (aunque en apariencia sólo fuera eso) diferente, frente a una sociedad cultural y evolutivamente distinta, nuestra europea se encontró en su país de origen, capacitándose para un trabajo similar, esta vez en su idioma, con su acento, su gente y sus reglas conocidas, y la capacitadora le dijo frente a todos:

'-Por favor, debes moderar tu actitud, debes recordar que esto es Europa y tú estás muy americanizada.-'

domingo, 22 de febrero de 2015

Para inglés presione 1


Me dediqué y de manera extensa, en mi última entrada a hablar sobre los caribes y su contínuo bullying contra los latinos, principalmente en lo que respecta al tema de hablar en español; sin embargo, esta conducta, no es algo que provenga únicamente de ellos, aunque quiero aclarar que no estoy presentando a los latinos, como la víctima del crucero (porque la palabra paseo no cabe aquí), pero sí deseo contarles una historia bastante peculiar que me ocurrió durante la estancia a bordo y que nada tuvo que ver con enfrentamientos culturales.

El tipo en cuestión de alta posición en la compañía, europeo, era de esos a los que el cargo se le había subido a la cabeza y tenía por costumbre andar por todo el navío con esa actitud fastidiosa de 'soy el rey del barco', que ni siquiera igualaba a la de algunos pasajeros con más de 80 cruceros o con cabina presidencial. Físicamente medía más de 1.80, era robusto sin ser atlético ni estar en forma, y en su aspecto general, me recordaba a Bane, el villano de 'Batman The Dark Knight Rise', pero sin la máscara.

Mis interacciones con él habían sido las mínimas de cortesía, hasta que una mañana mientras el barco estaba atracado en una de las islas más entretenidas del crucero, me fui como de costumbre a comprar un café en una de las tiendas del área de pasajeros. La tienda era atendida por un latino, que para redondear era originario de mi mismo país, su administrador otro latino y obviamente, al ser todos 'Spanish People', hacíamos buena sintonía y las bromas de costumbre. Aquel día el barco se encontraba prácticamente vacío, porque la mayoría de los pasajeros habían decidio irse fuera a disfrutar del calor y el buen sol de la isla, por lo que al llegar a la tienda y encontrar que no habían pasajeros a mi alrededor, me sentí aún más en confianza para hablar sin problemas en mi idioma originario. 
Con lo que yo no contaba, era con que inmediatamente detrás de mi aparecería el susodicho personaje, acompañado de su esposa y hablando tranquilamente en su idioma, a lo que en aquel momento no le presté demasiada atención. Por la actitud propia del sujeto, cabe aclarar que no era precisamente popular entre el grueso de la tripulación, de manera que a su saludo de cortesía, todos sin excepción, (incluyendo a otro europeo que se encontraba realizando un mantenimiento en las máquinas de pago) lo saludamos por educación, pero sin demasiado entusiasmo. Acto seguido, el sujeto le hizo al europeo una pregunta obvia, a lo que el otro le respondió con una respuesta aún más obvia y entonces mi paisano me preguntó en un bonito castellano y con su amable sonrisa de costumbre.

-Hola linda ¿qué deseas hoy?-

-Capuccino gigante, con adicional de sabor a vainilla.- le respondí con sonrisa también.

-Perfecto, hoy estamos realizando un mantenimiento a la máquina de pago, por lo que voy a necesitar que me firmes esta factura.- Me dijo mi amigo, mientras rellenaba y me pasaba un pequeño papel.

-¿Dónde firmo?- pregunté, estando poco habituada al procedimiento.

-En donde está la 'X'.- Me respondió mi paisano.

Acto seguido y cuando acababa de colocar el bolígrafo para estampar mi firma, escuché que a mi lado, alguien me decía en un español dramáticamente pronunciado, las siguientes palabras, que dieron inicio a aquel conflicto de nunca acabar.

-Para inglés, presione uno.-

Yo podía entender, que estábamos en el área de pasajeros (aunque de pasajeros estuviera vacía), podía entender que dada la posición que el indeseable sujeto ocupaba en la compañía, quisiera posar del típico 'hago cumplir las reglas', y podía entender mil cosas más que hubieran justificado el objeto de su comentario, pero lo que no podía entender, ni tolerar, era que escogiera hablarme en una pobre imitación de mi idioma, para ilustrar que nos entendía y que además hubiera escogido aquella frase tan idiota, como para subrayar una ofensa en nuestra propia lengua. De manera que retiré el bolígrafo del papel y giré mi cabeza al mejor estilo del exorcista, para dedicarle fijamente una mirada quemante con mis ojos color verde oscuro (que suelo delinear para mayor efecto) y que le sostuve por varios segundos, que a ambos se nos hicieron largos, para volver al papel y firmar sin mucha prisa, dándole a entender que su comentario me valía lo mismo que el susurro del oleaje y que en ningún momento me había amedrentado, aunque en sus hombros tuviera las líneas de oficial que quisiera ponerse.

Mientras mi paisano me entregaba mi café ya preparado y yo le devolvía la factura, tuvimos tiempo de sobra los tres latinos para comunicarnos con los ojos y sin mediar palabra nos dijimos uno al otro, 'Maldito idiota'. Tuvo aún fuerzas, el susodicho para pronunciar un 'Gracias' en la misma burda imitación de castellano, que yo respondí con un perfecto 'De nada', pero sin dedicarle esta vez, mirada alguna y me retiré del lugar sin detenerme si quiera a mirar atrás por un segundo.

La situación se me antojó intolerable pero aún así decidí olvidarla, más por el hecho de que el susodicho en cuestión gustaba de llamar la atención y ser el centro de los hechos. Por lo tanto y con tal de no darle el gusto, no le dí más importancia a lo sucedido, hasta que dos semanas después mientras atracábamos en la misma isla, la pelea que había iniciado con un cruce de miradas, dio continuidad y esta vez con lo verbal.

Aquel día me habían enviado a cubrir uno de los servicios para pasajeros, que brindamos afuera del barco, directamente en el muelle, y desde que estábamos en el gangway, aguardando por la maniobra de atraque, divisé al otro lado de la estancia, al prospecto frustrado de hispanohablante, que tras sus gafas de sol me tenía sin duda clavada la mirada. Es de esos momentos en que sabes que alguien va a buscarte para iniciar un conflicto, y como ya habrán podido deducir ustedes a través de mis entradas, soy y he sido siempre malcriada, de manera que me preparé internamente para lo que pudiera venir.

El barco atracó y cuando nos dispusimos a bajar los insumos para brindar el servicio, inició la odisea de aquel día. Cuando un barco está en puerto, debe bajar unas ramplas, para poder facilitar el descenso de los pasajeros a tierra, por lógica las ramplas se encuentran bastante inclinadas y los suministros que se bajan del barco, se transportan a través de unos carros bastante grandes con ruedas, puesto que se transportan en gran cantidad. Me dispuse entonces, a bajar uno de los carros y al iniciar el descenso por la rampla del gangway, la fuerza de gravedad y el mismo peso del carro me hizcieron correr un poco y en un momento en que crucé la mirada con uno de mis compañeros, nos reímos ante lo cómico de correr en bajada, arrastrada por el peso del carro. Y aquel fue el momento en que el susodicho personaje, procedió a gritarme (esta vez en inglés), delante de todo el mundo.

-¡Ey! no juegues.-

Como me encontraba ocupada, bajando el carro a tierra, no respondí de manera inmediata, además que la distancia me obligaba a gritar y rebajarme a su nivel para ser escuchada, por lo que aguardé a tocar tierra con el carro, para responderle en inglés también.

-No estoy jugando, el carro es pesado para mi.-

Y me apresté a seguir caminando mientras empujaba el carro sin mucha prisa y ya en terreno plano, cuando sentí sus pasos tras de mi. No aceleré, ni reduje la marcha, me mantuve esperando por lo que pudiera venir y no se hizo esperar. Poniendo una mano e irguiéndose frente a mi en todo lo que su europea estatura le permitía, puso una de sus manos sobre mi carro frenándolo, y removiéndose los lentes de sol, me dijo con calma, pero algo de enojo.

-Natasha...- (admito que me quedé sorprendida de que supiera mi nombre, teniendo en cuenta que era una más, entre tantos que ocupaban mi misma posición, y teniendo en cuenta la suya) - Si el carro es pesado para ti, me lo haces saber, y te envío ayuda.-

-Gracias...- Le respondí poniendo mi más melodiosa voz y mi más brillante sonrisa, para un segundo después, decirle lapidariamente. - Pero podrías decírmelo desde el principio y no gritarme frente a todo el mundo, yo no estoy jugando.-

-Nathasha, deja de hablar y escúchame.-

-¡No! escúchame tú a mi, deja de perseguirme todo el tiempo, es la segunda vez que lo haces.-

Las palabras me salieron a borbotones, casi sin yo poder controlarlo, estaba allí parada, frente a un oficial, con un montón de líneas en sus hombros, que destacaba por hacerse temer por supervisores y personas de mucha, mucha mayor posición que yo, mientras lo había puesto en su sitio, con el adicional de ser mujer y latina. El sujeto, estaba al parecer más sorprendido que yo, pues acostumbrado como estaba a que todos agacharan la cabeza y respondieran 'si señor' 'disculpe señor' y 'permiso señor', parecía que sus oídos no daban crédito a lo que acababan de escuchar y por consiguiente, movía los labios sin conseguir articular palabra. Cuando por fin logró controlar la coherencia de sus pensamientos y su voz, simplemente me dijo:

-Gracias, linda conversación.-

A lo que yo respondí:

-Definitivamente, linda conversación.-

Gracias a que en aquel entonces tenía un jefe de esos a los que quieres darle el título a jefe del año (y que aunque les sorprenda un montón, era caribe), la situación no pasó a mayores, porque el personaje en cuestión lo llamó a su oficina y le soltó una perorata de quejas sobre mi comportamiento altisonante y poco dado a la seguridad. Aquel caribe elegante, parecía conocer de sobra al europeo y sin muchos preámbulos, pero con mucho tacto, le dijo que la situación era hilarante y que él nada podía hacer al respecto.

Algunos días después y mientras trabajaba en mi área habitual dentro del barco, sentí de repente la sensación de que alguien me miraba fijamente, y cuál sería mi sorpresa, cuando ocho pisos más arriba el sujeto me miraba fijamente para variar, tras sus lentes de sol, sin dejar de vigilarme ni por un sólo segundo; él supo que yo lo había visto, porque diez minutos después bajó los ocho pisos que nos separaban y dando un recorrido rápido por mi área  desapareció, no sin antes proferir un saludo festivo, como si fuéramos los más íntimos amigos.

La situación entonces se transformó, y ya fuera porque entendió que yo no me quedaría callada ante sus particulares llamados de atención y no quería enfrentarse a mi carácter, o porque nunca encontraría el apoyo de mi jefe si quería perjudircarme, pero lo cierto es que se dejaba caer por los lugares que sabía que yo frecuentaba y por dónde antes nunca dejaba verse. Un día quedó sin palabras, cuando tras encontrarnos en un corredor me dijo, sin poder controlarse.

-No te vi en el gangway esta mañana.-

Yo sin poder evitarlo, sonreí y respondí con toda la desfachatez del mundo.

-No, ¿por qué? ¿Acaso me has extrañado?-

Entendí que tenía la situación a mi favor, pero entendí también que me había involucrado con el orgullo y la tiranía de alguien que está acostumbrado a ser obedecido sin quejas. Lamentablemente, esa no soy yo y sé que como dice el adagio: 'en guerra larga, hay desquite', aunque nunca se me olvida, que aunque David fue pequeño, sólo necesitó de su inteligencia y audacia, para poder vencer a Goliat y afortunadamente, me sobran las dos.


jueves, 19 de febrero de 2015

Bomboclat



Lo primero que me causó impresión de este grupo particular, fue la expresión que me soltaron un día a mediados de abril, mientras con un amigo latino hablábamos sobre alguna tontería, en alguno de los elevadores de la tripulación. 'ENGLISH PLEASE'. Lo escribo con mayúscula, porque aparte de que prácticamente nos lo gritaron, nos miraron con cara de que a la menor muestra de insubordinación, eran capaces de matarnos allí mismo. Como suelo proceder en estos casos, no omití palabra, pero dejé que mis ojos de un vivo color verde oscuro, hablaran por mí, sin necesidad de palabras; al fin y al cabo el lenguaje corporal no necesita traducciones, independientemente de cualquier idioma o cultura.

Antes de continuar y para que se recreen un poco, el reglamento de las empresas de crucero norteamericanas, estipula que es obligatorio hablar en inglés siempre y cuando, el tripulante se encuentre en horas de trabajo y en área de pasajeros. Fuera de estas dos condiciones, el tripulante es libre de hablar en el idioma que le plazca, especialmente cuando se encuentra en las áreas destinadas para su servicio propio; pero como en aquel momento llevaba tan poco tiempo a bordo del navío y no conocía mucho en particular de cada cultura, decidí asumir que aquella situación se trataba de un comentario aislado y no de algo que se convertiría en repetitivo.

Me seguía a donde quiera que iba y en el mismo tonillo insultante de la primera vez; los que exultaban a hablar inglés en frente de ellos, sin respetar nuestro idioma, cultura y en fin, nuestros asuntos particulares, eran siempre los mismos: afrodescendientes, específicamente de orígen Caribe,  y en particular nacidos en la isla de Jamica. No tengo nada en contra de ningún grupo étnico, respeto las creencias, tradiciones, lenguajes y costumbres de cada país, porque me gusta que hagan lo propio conmigo, de manera que al decimo sexto 'ENGLISH PLEASE' ya había perdido completamente la paciencia y estaba haciendo esfuerzos contenidos para no empezar a proferir insultos en español a diestra y siniestra.

Pero la mejor parte de la que ya iba siendo una incómoda situación, vino cuando me di cuenta que 'ENGLISH PLEASE' era apenas la punta del iceberg en su afán de hacer bullying a aquellos de origen latino, porque ya había notado, que frente a ellos los filipinos hablaban tagalo, los chinos mandarín y los haitianos francés, sin que les generara la más mínima incomodidad; no obstante cualquier latino pronunciaba la más pequeña frase en español y la queja se hacía notar sin demora. Para colmo de males, llamaban a cada nacionalidad por su nombre: al indio, indio, al italiano, italiano, al japonés, japonés. Pero nosotros los latinos, nosotros los nacidos entre México y Argentina, atravesando el canal de Panamá, la selva del Amazonas y las cataratas del Iguazú, teníamos para ellos, una misma nacionalidad, producto de que a su lógica, hablábamos un mismo idioma: 'Spanish People'.

Quiero aclararles, que hablar español no hace español a alguien. Para empezar no somos ciudadanos europeos, en nuestros menús de gastronomía no figuran el pulpo a la gallega, la paella a la valenciana, ni el vino tinto de verano; tampoco pronunciamos con peculiaridad la 's' la 'c' y la 'z' y mucho menos estamos gobernados por una monarquía. De la misma forma que hablar inglés no hace a los caribes, tener parlamento y té a las cinco, ni hablar francés le da a los haitianos una torre Eiffel en Puerto Príncipe, de la misma forma, hablar español, no le ha dado a ningún latino la capacidad de bailar flamenco o nos ha puesto el monumento a Colón decorando la avenida principal de ninguna de nuestras ciudades.

Ya un poco harta de la particular persecución, un día decidí preguntarle a mi supervisor inmediato (un jamaiquino, pero con particular y nada común buena actitud), el por qué de esta situación. 'No lo sé a ciencia cierta' me dijo, 'yo sólo entiendo, que todos ustedes quienes hablan español, lucen iguales, blancos y atractivos'. En mi mente se formó una idea a modo de respuesta, que jamás pronuncié: nosotros no llamamos a nadie 'african people' por lucir igual que sus ancentros del continente africano, los llamamos 'Caribes', porque de acuerdo a su posición geográfica, es su región de orígen; entonces si nosotros, su tan odiada 'Spanish People' vivimos geográficamente en una región llamada 'América Latina', deberían llamarnos 'latinos' como corresponde y no de aquella y ridícula manera.

Pero lo peor, estaba por venir, ya me parecía suficiente que a mis oídos llegara un altisonante 'ENGLIS PLEASE' cada vez que intentaba hablar con mis amigos, o que al pasar frente a una mesa atestada de mujeres caribeñas, nos miraran a las latinas con expresión nada amigable y comentaran en su particular inglés 'allá va la coqueta' (por no atreverme con el verdadero término), o que algunos supervisores de orígen caribe, quisieran hacernos la vida imposible por el simple delito de hablar español. Lo peor vino una tarde de Junio, cuando saliendo de una reunión en área de tripulación, mientras hablaba animadamente con otro latino, un jamaiquino de esos que con su simple apostura, ya parece que va a matarte nos soltara a grito 'ENGLISH PLEASE ¡BOMBOCLAT!'. Lo que realmente me sorprendió no fue la ya conocida demanda de que habláramos en su idioma, sino la expresión que lo acompañaba ¿Bomboclat?. No quise ni girarme a preguntar, pero deducí que no podía ser nada bueno, hasta que alguien a quién le comenté el suceso me dijo: 'Bomboclat es sin duda una mala palabra, es el equivalente español de hijo de puta'.

De manera que aparte de ser españoles, éramos unos hijos de puta por no hablar inglés, para que su sensitivo orígen caribeño no les hiciera pensar que hablábamos mal de ellos, cuando las conversaciones eran en nuestro español nativo. Esa fue la gota que me derramó el vaso, me harté de ser buena con los caribes y con los jamaiquinos y empecé a contestar. El siguiente 'ENGLISH PLEASE' vino acompañado de la siguiente respuesta, pero en su amado inglés: 'Si no me entiendes, andate a estudiar español, BOMBOCLAT'. Al parecer hizo reaccionar a muchos, porque aparte de que para ellos somos iguales por hablar español, ser blancos y atractivos, al parecer ninguno antes les había respondido a su absurda demanda de hablar en su idioma y usando sus propias palabras, para devolver las ofensas.

Vi muchas otras expresiones peculiares en ellos, 'For Real' sin ir más lejos, me parecía extraña, porque nadie en español dice 'Por real', pero en fin. Las mujeres además tienen una extraña fascinación por las pelucas de mil formas y colores, pero como dije, no pienso involucrarme en costumbres y prácticas que no son las mías.

Sólo sé que aprendí a defenderme de una raza que tiende a ser particularmente agresiva, grosera y altisonante (me disculpo con aquellos que aunque comparten el origen caribe, guardan las proporciones de respeto y no forman parte de estas incómodas situaciones), que el bullying no es algo que sólo se vea en las escuelas y entre los niños y que puede tener un elemento racial fuertemente incluído y que muchas veces el hecho de hablar un idioma, hace a las personas objeto de este tipo de malas prácticas, aunque nunca uno lo haya creído posible. De cualquier manera, la vida hay que enfrentarla y a todos aquellos que me discriminan por ser latina, por ser una 'Spanish Girl' nacida entre México y Argentina, sólo tengo por decirles 'EN ESPAÑOL POR FAVOR, ¡BOMBOCLAT!'.